Si hubiéramos cruzado caminos una década antes o una década después, ¿seríamos los mismos? Pero el universo conspiró y llegaste justo en el momento preciso, en la intersección perfecta de nuestras vidas.
En ese momento mágico en que nuestros destinos se entrelazaron, permitiéndome descubrir tu existencia, saboreando cada mirada, cada sonrisa, cada esencia de ti.
Nos encontramos en una danza perfecta de tiempo y lugar, donde cada instante se convirtió en un regalo mutuo, una caricia, un suspiro.
Fue en ese exacto momento en el que pudiste vislumbrar mi presencia, y yo pude sumergirme en la profundidad de tu ser. No eras un pasado lejano ni un futuro incierto.
Eras el presente, el ahora. Llegaste en el preciso instante que necesitaba para caer irremediablemente enamorado de ti.
Anónimo