El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) se define como la presencia de unos niveles medios de ansiedad, muy superiores a los que, en principio, serían lógicos en base a una situación determinada y a la manera en la que tendría que reaccionar una persona ante un acontecimiento importante.
La propia persona es consciente de que no es lógico su estado,, es decir, no sabe atribuir su estado a hechos, a cosas que le están sucediendo en la vida. Es el primero en estar sorprendido de tener esos síntomas de repente.
Esos síntomas son, básicamente, mucho miedo, mucha sensación de tensión frente a nada concreto. Tene la sensación de que parece que puedan pasarle cosas negativas de forma brusca, no sabe cuáles, no sabe definirlas, es todo en general.
Y cuando lo que describe es una sensación de alarma permanente, de hiper vigilancia permanente junto a ese estado, de por sí desagradable, casi siempre esa persona explica que, de forma más o menos continuada, o con mucha frecuencia a lo largo del día, tiene síntomas físicos de ansiedad; bien sean palpitaciones, sensación de diarrea, sensación de ahogo, algo de temblor, algo de sudoración….
Todo eso combinado hace que con mucha frecuencia esa persona, si está haciendo que no sea tarea de gusto para él, tenga que dejar de hacerlo, tenga que huir de la situación por esa sensación de alarma que pueda estar creciendo en ese momento.
Hay veces que ya ni siquiera la persona llega para hacer algo. Directamente se niega a hacerlo porque siente que va a salir mal, que si es una sensación que siente por dentro, un pensamiento de alarma, de miedo, a no sabe bien qué.
Un miedo indefinido que otra persona podría interpretar como si se tratase de una persona muy asustadiza, muy ansiosa, que se agobia con todo.
Eso no es así.
El trastorno de ansiedad analizado, es una enfermedad que de repente aparece. Podríamos decir que lo más frecuente es que aparezca entre los 25 o 35 años de edad.
Esto no significa que la persona que lo padezca tenga que ser una persona con propensión a la ansiedad. De la misma manera tampoco podemos decir que una persona tiene que haber estado muy estresada previamente en los meses previos a padecer esta enfermedad.
Quizás sería más correcto decir que es algo más fácil llegar a padecer un trastorno de ansiedad generalizada si uno es ansioso o si ha estado estresado últimamente. Pero no sería correcto decir que tiene que cumplirse esta premisa. Puede haber tenido una vida tranquila y sin niveles importantes de stress, y de repente empezará a sufrir esta enfermedad.
¿Cuál es el tratamiento?
Es conveniente conocer las ventajas e inconvenientes tanto de un tratamiento psicológico como de uno farmacológico. Un aspecto muy importante en esta enfermedad es avisar al paciente de que es posible que, al cabo de tres meses, de tres años, o al cabo de cinco, pueden volver a surgir los síntomas.
Todo lo que uno haya conseguido aprender o curar a partir del tratamiento psicológico, lo podremos volver a aplicar en el futuro. Cuando uno mismo puede frenar la enfermedad, frenar las consecuencias, es que ha hecho un buen aprendizaje del tratamiento psicológico.
Por otro lado está el tratamiento farmacológico que claramente es más rápido en cuanto a eficacia, pero con el clarísimo inconveniente de que, una vez que quitemos el fármaco, ya no tendrá protección para el futuro y, por tanto, tenderá a tener recaídas.
A partir de ésto, quizá podríamos decir que, lo ideal, sería disponer los dos tratamientos y en función de las intensidades de los síntomas, dar prioridad a uno u a otro. Es decir, mantener la combinación de ambos, en muchas ocasiones, es beneficioso.
Hay dos grupos de fármacos que nos utilizan: uno es el grupo de lo que libera de forma rapidísima los síntomas físicos y corporales de la ansiedad, y luego tenemos los que formarían parte del grupo de lo que se denomina antidepresivos. Hay varios antidepresivos que no de forma brusca, sino a las pocas semanas, pueden hace rque esa sensación de tensión, de miedo difuso, se vaya reduciendo.
Es importante tener en cuenta que no es lo mismo el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) que el ser un neurótico. Hay muchos síntomas de ansiedad y que el paciente no entiende. En el primero, la persona habitualmente funciona de una manera y de repente. a partir de estos síntomas constantes de ansiedad cambia. En el neuroticismo el individuo ha funcionado siempre de esa manera, considera que esa sensación es justificada y no se sorprende por sentirse de ese modo.