¿Cuántas veces hemos oído decir esta expresión: “me duele el corazón” a una persona que está sufriendo…?
Me duele el corazón… Expresamos así el dolor que sentimos ante la pérdida de un ser querido, ante el final de una relación sentimental, después de una discusión muy enérgica y dolorosa con otra persona,…
Pero ¿sabías que, efectivamente, el dolor emocional trae como consecuencia dolor físico?
Se han realizado estudios sobre este tipo de dolor y han constatado que, en nuestro cerebro, la misma parte que se ocupa de gestionar el dolor físico, procesa el dolor emocional. Confirman de igual modo que de la misma forma que hay lesiones físicas que conllevan dolores crónicos, hay heridas emocionales (pérdida de un ser querido, exclusión social, ruptura emocional) de las que muchas personas no logran sobreponerse y llegan a sentir ese padecer cada vez de una forma más y más dolorosa,…
Los síntomas más comunes en las personas que han padecido alguna de estas dolencias:
-. Principios de desesperación, demencia.
-. Dolor en el pecho y vacío en la zona baja del esternón.
-. Pérdida de interés y sentido de la vida.
-. Dolores de estómago, de cabeza,…
Por ello, podemos decir que el dolor emocional se traduce en dolor físico, se convierte en una pena compleja que acarrea sentimientos de amargura, enfado, pérdida de interés por la vida,…
El dolor y el sufrimiento físico por tener el corazón roto son posibles y existen…
Nadie está exento de pasar por situaciones complicadas y difíciles, pero debemos tratar de superarlas, poco a poco, sin rendirnos y abandonarnos al sufrimiento… Procura sacar un aprendizaje de todas las experiencias en tu vida. Cuídate, déjate ayudar y apoyar, pide ayuda si es necesario. Ve paso a paso, no quieras correr, pero por favor, no te abandones…. La vida es maravillosa aunque muchas veces duela…