El ser humano es el único ser vivo en el planeta que puede desarrollar un sentimiento de amor propio. Siendo este necesario, no solo para mantener buenas relaciones con otras personas, sino también pare alcanzar la anhelada felicidad. Diferentes situaciones provocan que algunos tengan una actitud negativa hacia su persona, inclusive desde temprana edad. Pero antes de hablar de la razón por lo que esto sucede, veamos qué es la Autoestima.
Es la suma de sentimientos, pensamientos, valoraciones y comportamientos que tiene una persona hacia sí mismo. Esta empieza a construirse desde la niñez e influye considerablemente el entorno familiar y social dónde se desenvuelva. Al llegar a la adolescencia, surge un cambio en la forma de ver la vida y obtener una identidad atrayente o aceptada. Pero al no poseer las bases emocionales apropiadas, el joven pudiera caer en conductas autodestructivas.
Esta se materializa, cuando el adolescente acude a las drogas, al suicidio o al intento del mismo, para llamar la atención o escapar de la realidad en la que vive. Otros albergan pensamientos oscuros, de venganza y terminan dañando a familiares o a inocentes con la equivocada teoría de que también deben sufrir. Lo cierto es, que la tranquilidad que buscan los destruye a ellos y a más personas.
Otras conductas destructivas incluyen actos temerarios, donde quizás por diversión o destacar, se coloca en riesgo la vida de sí mismo u otros. Estos peligrosos actos pueden ocurrir en lugares educativos, de recreación y públicos. Lamentablemente, medios de comunicación, redes sociales o la televisión, las difunden haciéndolas populares, causando un efecto de imitación y modificación de la conducta en muchos.
Existen otros elementos que pudieran influir en el incremento de conductas autodestructivas, tales como el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas. Razón por la cual, el número de suicidios y otras lamentables situaciones han tenido un preocupante aumento.
Por otra parte, los padres y profesores deben estar muy atentos a los adolescentes que presenten conductas explosivas, hablen del suicidio, se autolesionen o se sientan incompetentes para desarrollar actividades comunes y cotidianas.
Es de especial interés, aquellos adolescentes que vivan en hogares con altos niveles de riesgo, producto del abuso sexual, alcohol, drogas, prostitución, delincuencia o antecedentes psiquiátricos.
Una adecuada autoestima puede evitar que un adolescente sucumba a conductas autodestructivas.
¿Por qué razón?
Pues bien, el adolescente con una buena autoestima se siente seguro y amado, por lo que no es manipulable y no ve la necesidad de acudir a bastones emocionales para sentirse bien. De manera que, una de las claves para evitar conductas autodestructivas en la adolescencia es forjar una apropiada autoestima desde el inicio.
No obstante, si el problema va más allá de la carencia de afecto, un ambiente familiar hostil y otros factores sociales, quizás será necesaria la oportuna evaluación de un especialista en salud mental, que descarte cualquier patología que pudiera ser controlable con medicación o terapia, de ser necesario.