La terapia de maniluvios es una técnica terapéutica utilizada para tratar una variedad de condiciones médicas.
También conocida como terapia de masaje de manos, la terapia de maniluvios se enfoca en aplicar presión y movimientos específicos en las manos para aliviar el dolor y mejorar la función.
La terapia de maniluvios puede ser realizada por terapeutas capacitados en técnicas de masaje, fisioterapeutas, quiroprácticos, masajistas, acupunturistas y otros profesionales de la salud.
¿Cómo funciona la terapia de maniluvios?
La terapia de maniluvios funciona mediante la aplicación de presión en áreas específicas de las manos para estimular los puntos de acupresión, que son los mismos puntos utilizados en la acupuntura.
Estos puntos se encuentran en los meridianos de energía que recorren todo el cuerpo y, cuando se estimulan, se cree que mejoran la circulación de la energía a lo largo de los meridianos, reduciendo el dolor e inflamación en todo el cuerpo.
La terapia de maniluvios también puede ayudar a relajar los músculos tensos, reducir el estrés y mejorar la flexibilidad.
¿Qué condiciones se pueden tratar con la terapia de maniluvios?
La terapia de maniluvios se puede utilizar para tratar una variedad de condiciones, incluyendo:
- Dolor de cabeza y migrañas
- Dolor de cuello y espalda
- Síndrome del túnel carpiano
- Artritis
- Fibromialgia
- Lesiones deportivas
- Estrés y ansiedad
- Insomnio
- Problemas digestivos
- Problemas respiratorios
¿Cómo se realiza la terapia de maniluvios?
La terapia de maniluvios se realiza típicamente en una sesión de 30 a 60 minutos.
Se comienza aplicando presión en áreas específicas de las manos pasando a realizar masajes profundos en las palmas de las manos y los dedos, y movimientos de estiramiento para mejorar la flexibilidad y la movilidad de las manos.
Esto se realiza tanto con los dedos, como con las palmas de las manos o los codos.
El terapeuta puede utilizar aceites esenciales o cremas para ayudar a reducir la fricción y aumentar la comodidad durante la sesión.
Durante la sesión, el paciente puede sentir una sensación de hormigueo o calidez en las manos, lo que indica que la circulación sanguínea se está mejorando.
El terapeuta puede ajustar la intensidad y la duración de la presión según las necesidades de cada persona.