Cuando tengas un nudo en el alma, llora tan fuerte como puedas.
Debes entender que llorar no tiene nada de malo.
Muchas veces es necesario para liberar nuestras almas de cargas pesadas, así que rompe en llanto sin temor, desahógate, libérate, esta bien caer.
Puedes quedarte llorando en el suelo todo el tiempo que necesites y cuando finalmente la tormenta haya pasado y decidas levantarte, primero asegúrate de recoger todos tus pedazos saludables y ponerlos de vuelta en tí.
Y después deshazte de todos tus pedazos que ya no te sirven, no los necesitas nunca más y cuando hayas terminado de reconstruirte, levántate y muéstrale al mundo una versión más fuerte de tí.
Anónimo