El budismo zen es una rama del budismo que se originó en China durante la dinastía Tang en el siglo VII.
Se caracteriza por su énfasis en la meditación y en la experiencia directa de la realidad, y se ha extendido por todo el mundo, especialmente en Japón.
Orígenes del budismo zen
El budismo zen tiene sus raíces en la India, donde a lo largo de los siglos, se desarrollaron diversas escuelas y enfoques, y el budismo zen es uno de ellos.
El budismo zen se originó en China en el siglo VII a través de la influencia de la filosofía taoísta china y las enseñanzas budistas importadas de la India.
Enseñanzas y prácticas del budismo zen
Se basa en la experiencia directa de la realidad, enfocándose en la práctica de la meditación para lograr la iluminación y la liberación del sufrimiento. Algunas de las principales enseñanzas incluyen:
- La práctica de la meditación: la meditación es una parte integral del budismo zen, y se utiliza para desarrollar la atención plena y la concentración, así como para lograr la iluminación. La meditación zen se enfoca en la postura correcta, la respiración y la atención plena en el momento presente.
- La enseñanza de la no-dualidad: el budismo zen enseña que la dualidad de los conceptos y la realidad es una ilusión, y que la verdadera naturaleza de la realidad es no-dual. Esto implica que no hay separación entre el sujeto y el objeto, sino que todo es uno.
- La enseñanza del vacío: el budismo zen enseña que todos los fenómenos son transitorios y vacíos de una existencia permanente o una sustancia inherente. Esto implica que todos los seres y cosas son interdependientes y cambiantes, y que la verdadera naturaleza de la realidad es vacía.
- La enseñanza de la impermanencia: el budismo zen enseña que todo en la vida es impermanente y está sujeto al cambio constante. Esto implica que el sufrimiento surge de la aferración a las cosas que son transitorias y que la liberación del sufrimiento viene de aceptar el cambio y la impermanencia.