Controla tus pensamientos negativos y no dejes que ellos controlen tu vida

Drafting por Drafting
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Es importante recordar que los pensamientos negativos son normales y naturales, y no todos los pensamientos negativos son necesariamente perjudiciales.

Sin embargo, si los pensamientos negativos son abrumadores, persistentes o interfieren significativamente en tu vida, es importante buscar apoyo de un profesional de la salud mental para abordar estos problemas y desarrollar estrategias para gestionarlos de manera más saludable.

Pueden surgir por una variedad de razones y factores, y es importante recordar que son una parte normal de la experiencia humana.

Las razones más habituales por las que las personas pueden tener pensamientos negativos son muy variadas, y dependen de nuestras vivencias y entorno:

  1. Supervivencia y evolución: A lo largo de la evolución, los humanos desarrollaron una predisposición a prestar más atención a las amenazas y peligros potenciales para su supervivencia. Esto significa que a menudo estamos más enfocados en los aspectos negativos de una situación para protegernos a nosotros mismos.
  2. Experiencias pasadas: Las experiencias negativas en el pasado pueden generar pensamientos negativos en el presente. Si has tenido experiencias dolorosas o traumáticas en el pasado, es posible que tengas pensamientos negativos como resultado de la memoria o el miedo a que se repitan esas experiencias.
  3. Estrés y ansiedad: El estrés y la ansiedad pueden generar pensamientos negativos. Cuando estamos bajo presión o nos sentimos abrumados, es más probable que tengamos pensamientos pesimistas, ya que nuestro cerebro está tratando de identificar y resolver problemas.
  4. Sesgo cognitivo: Los sesgos cognitivos son patrones de pensamiento automático que pueden llevar a la interpretación negativa de la información. Algunos ejemplos de sesgos cognitivos incluyen la catastrofización (esperar lo peor), la filtración mental (enfocarse solo en lo negativo) y la personalización (atribuirse excesivamente la culpa).
  5. Creencias personales: Las creencias y actitudes negativas sobre uno mismo, el mundo o el futuro pueden dar lugar a pensamientos negativos. Si tienes una baja autoestima o crees que las cosas siempre salen mal, es más probable que tengas pensamientos negativos.
  6. Influencia social: Las opiniones y actitudes negativas de las personas en tu entorno pueden influir en tus pensamientos. Si estás rodeado de personas pesimistas o críticas, es más probable que adoptes su perspectiva.
  7. Falta de sueño y salud mental: La falta de sueño, así como los trastornos de salud mental como la depresión y la ansiedad, pueden contribuir a pensamientos negativos. Estos problemas pueden afectar el funcionamiento del cerebro y la regulación emocional.

Controlar los pensamientos negativos puede ser un desafío, pero es posible con práctica y enfoque. Algunas de las estrategias que pueden ayudarte a manejar tus pensamientos negativos:

  1. Autoconciencia: El primer paso es ser consciente de tus pensamientos negativos. Presta atención a cuándo y por qué surgen. Lleva un diario de pensamientos si es necesario para identificar patrones.
  2. Cuestiona tus pensamientos: Una vez que identifiques un pensamiento negativo, pregúntate si es realista y basado en evidencia. A menudo, los pensamientos negativos son exagerados o infundados.
  3. Reemplaza pensamientos negativos: Reemplaza los pensamientos negativos por pensamientos más realistas y positivos. Por ejemplo, si te dices a ti mismo «Soy un fracaso», cámbialo por «He tenido dificultades en el pasado, pero puedo aprender de ellas y mejorar».
  4. Practica la atención plena: La atención plena (mindfulness) te ayuda a mantener el enfoque en el presente y a no dar lugar a pensamientos negativos. La meditación y la respiración consciente son técnicas útiles.
  5. Evita la rumiación: Evita dar vueltas constantes a tus pensamientos negativos. Cuando notes que te estás obsesionando con un pensamiento, distráete con algo positivo o productivo.
  6. Establece metas realistas: Establecer metas alcanzables y medibles puede ayudarte a mantener un enfoque positivo y a reducir la ansiedad.
  7. Busca apoyo: Habla con amigos, familiares o un profesional de la salud mental. Compartir tus pensamientos negativos con alguien de confianza puede aliviar la carga emocional y proporcionar perspectivas útiles.
  8. Terapia cognitivo-conductual (TCC): Considera la posibilidad de buscar terapia. La TCC es una técnica efectiva que ayuda a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativo.
  9. Establece un ambiente positivo: Rodearte de personas y lugares que te hagan sentir bien puede contribuir a mantener un estado mental más positivo.
  10. Practica el autocuidado: Asegúrate de cuidar de tu salud física y emocional a través de una dieta equilibrada, ejercicio regular, suficiente descanso y tiempo para actividades que disfrutes.

Recuerda que controlar los pensamientos negativos lleva tiempo y esfuerzo. No te desanimes si no ves resultados inmediatos.

La consistencia en la aplicación de estas estrategias es clave para un cambio duradero.

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