Celos enfermizos que sientes y que te llevan o te llevarán a destruir tu pareja o al menos a vivir en desarmonía cotidianamente y de la forma que puedes acabar con ellos para vivir tu vida sin las ataduras de este trastorno.
Celotipia, ¿cuándo sufres de este trastorno?
Te voy a hablar aquí del Cid y de autohipnosis y del método heinzmann de hipnosis terapéutica. Es una pena que sufras de celos patológicos ya que qué mejor que amar y ser amado, amar y recibir el amor y vivir en armonía, en equilibrio de satisfacción de sentir que el camino que se recorre junto a la persona amada es el que te hace feliz.
Tú mejor que nadie sabes que no es posible para ti vivir junto a tu pareja sin sentir esos celos que te llevan a cuestionar, a sospechar, a dudar, a buscar siempre aquello que te demuestra de esa infidelidad que sospechas, pero que también sabes y muy dentro tuyo que lamentablemente terminarás matando el amor que esa persona a quien amas, siente por ti. Porque tú sabes bien que ningún amor dura con la pelea, la sospecha y duda permanente.
Ninguno, ni siquiera el tuyo.
Los celos patológicos matan al amor si nos llevamos por las innumerables consultas que hacen quienes los padecen por sí o porque los sufren. Ya que se ven cuestionados y sospechados permanentemente por sus parejas.
Debemos dar por cierta esta frase, pues nadie puede sostener el amor. Nadie puede crecer en el amor y hacia su pareja, si se siente acorralado, insultado…
El celo patológico siempre pone desconfianza, duda en cada acción o situación que su pareja vive. Quien lo padece, bajo la mirada desconfiada, no puede ser feliz .
Tampoco puede crecer. Si la persona no es feliz, no crece. Tampoco crecerá el amor, tampoco crecerá la relación. De modo que el destino de ese amor mucho me temo será su desaparición.
Toda persona que sufre de celos patológicos o celotipia, es alguien que necesita ayuda profesional para así lograr modificar esos puntos débiles de su personalidad.
Por decirlo de algún modo, que les llevan a sentir celotipia o el deseo enfermizo de poseer a la persona que ama y de quitarle su libertad, aunque termina también encarcelándose a sí mismo o misma.
Ya que los celos en alta medida que siente, también le hacen sufrir, le ocupan su vida e insultan también su inteligencia, pues le transforman en algo que reduce su existencia a ese mundo que quiere controlar y que de ninguna manera puede ni podrá hacerlo.
Si la persona sufre de celos patológicos, tiene una dificultad primera, que es no poder, sin la ayuda de un profesional que le ayude, a superar esta situación y a modificar su comportamiento.
Así, el ser amado aprende a amar con madurez. Logra ser feliz y hacer feliz a su pareja. Sin embargo, hay que tener presente que quien sufre de celos patológicos, no sólo hace sufrir, sino que sufre también.
Es lo típico, siempre teme la presencia de un otro en la relación y cada acto de la persona amada, cada frase, cada situación, cada mirada, le dará elementos de sospecha para que se dispare su fantasía y comience a ver situaciones que surgen precisamente en su propia imaginación, pero a las que les da consistencia de verdad.
Quien padece de esta forma, es alguien que no tiene seguridad en sí misma, ni fortaleza, ni alta autoestima.
Encontrará rivales por doquier, ya que al sentirse en menor valía que cualquier otro, que cualquier otra persona que se cruce en el camino de su amor, no es necesario ni tan siquiera que cruce media palabra, nada es necesario para que su imaginación cree toda situación, Incluso la más sórdida.
Pasando por la menos posible o la más ridícula. Todo tiene cabida en su imaginación y a partir de ésta el calvario cotidiano de la persona a quien ama.
Ya que esa realidad que creó se manifiesta sobre la persona amada con reproches, dudas, insultos, peleas y puede ir más allá…